SS de Sakura Airi: Reflejos Distorsionados

SS de Sakura Airi: Reflejos Distorsionados (Volumen 2, Primer Año)

Las luces fluorescentes del aula de clases se reflejaban en la superficie de mi teléfono, distorsionando mi propio reflejo. Me observaba a mí misma, con el ceño fruncido, los ojos inquietos, la mano temblorosa. Un suspiro escapó de mis labios, tan silencioso que se perdió entre el murmullo constante de la clase.

(¿Por qué no puedo ser normal?)

La pregunta resonaba en mi cabeza como un eco persistente. Normal. Una palabra tan simple, tan anhelada, tan inalcanzable.

Ser una idol. Brillar en el escenario. Recibir el amor y la adoración de miles de fans. Era un sueño que había perseguido con fervor, creyendo que la felicidad residía en la cima del éxito.

(Qué ingenua fui.)

El brillo del estrellato se había apagado, dejando tras de sí una sombra oscura que me perseguía sin descanso. Un fan, obsesionado, posesivo. Mensajes amenazantes, llamadas a altas horas de la noche, la sensación constante de ser observada.

Había dejado atrás ese mundo, buscando refugio en la anonimidad de la Clase D, esperando que la rutina escolar y la monotonía de la vida estudiantil borraran las cicatrices del pasado.

(Pero el miedo… el miedo siempre me encuentra.)

Aparté la mirada del teléfono, sintiendo un nudo en la garganta. Mis compañeros charlaban, reían, compartían sus vidas sin preocupaciones. Yo, en cambio, me sentía atrapada en una burbuja de ansiedad, incapaz de conectar, de ser parte de ese mundo despreocupado.

(¿Cómo puedo explicarles lo que siento?)

¿Cómo expresar el terror que me paralizaba cada vez que un desconocido me miraba fijamente, la paranoia que me invadía al escuchar mi nombre susurrado a mis espaldas, la angustia que me asfixiaba al sentir la vibración de un nuevo mensaje en mi teléfono?

(Estoy sola. Completamente sola.)

El aislamiento se había convertido en mi prisión, una barrera invisible que me separaba del resto del mundo. Añoraba la camaradería, la confianza, la simple alegría de compartir un momento de risas sin sentir el peso del miedo en mi pecho.

(¿Podré algún día… volver a ser libre?)

La pregunta flotaba en el aire, sin respuesta. El futuro se presentaba ante mí como un camino nebuloso, lleno de incertidumbre y sombras amenazantes.

*(Pero tal vez… tal vez haya una luz al final del túnel.)

Alcé la mirada, observando a mis compañeros. Sus rostros, antes borrosos, ahora parecían más nítidos. Sus voces, antes un murmullo distante, ahora resonaban con una claridad inesperada.

Quizás, solo quizás, entre ellos, en ese aula ordinaria, en esa escuela llena de secretos y desafíos, encontraría la fuerza para enfrentar mis miedos. Tal vez, rodeada de personas que, a pesar de sus propios defectos e inseguridades, luchaban por construir un futuro, podría empezar a reconstruir el mío.

*(Un pequeño paso a la vez. Un día a la vez. Tal vez… solo tal vez.)


Palabras del Autor:

Eh… sí. Esta historia de Sakura me ha dejado un poco pensativo, ¿saben? El miedo es una cosa poderosa, puede encerrarte en ti mismo, como una jaula invisible. Pero también creo que la esperanza puede ser igual de fuerte, especialmente cuando la encuentras en lugares inesperados. Hm… no sé si lo he expresado bien. Ya saben, no soy muy bueno con las palabras. Pero espero que, al menos, haya logrado transmitir la lucha interna de Sakura.

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